Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, mejor conocida como Frida Kahlo, no solo es un icono de la cultura mexicana, sino también es reconocida a nivel internacional por su vida y obra. Hoy, hacemos un recorrido por la historia tan interesante como dramática de esta extraordinaria mujer con una vida llena de intensidad, dolor y fortaleza.
Su origen e infancia
Frida nació el 6 de julio de 1907 en lo que hoy conocemos como la casa azul, ubicada en Coyoacán, México. Fue la tercera hija de Guillermo Kahlo, un alemán radicado en México, y Matilde Calderón, mexicana del estado de Oaxaca. En 1913, se enfermó de poliomielitis, dejando como secuela, una pierna más corta que la otra. Esta situación no fue fácil para Frida, ya que además de sufrir las consecuencias de su enfermedad, tenía que soportar la burla de algunos niños que le decían “Frida coja”. Sin embargo, el carácter de Frida le ayudaría a salir adelante. Como parte de su rehabilitación, su padre la motivó a participar en deportes nada comunes para las niñas de la época, como el fútbol o boxeo.
Juventud
Frida era una estudiante inquieta y perseverante, continuó con sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, una institución con gran prestigio en México. Fue de las primeras mujeres en estudiar ahí.
En 1925, con 18 años, una tragedia cambió el rumbo de su vida. El autobús en el que ella viajaba fue arrollado por un tranvía. A causa de este grave accidente, Frida sufrió fracturas en la columna vertebral, así como en varias partes del cuerpo.
Como consecuencia del accidente, Frida tuvo que llevar un corsé y pasar por muchas operaciones. Además, estuvo en cama durante muchos meses sin poder moverse. Su padre tuvo la idea de instalar un espejo en el techo de su dormitorio y darle lo necesario para pintar. Fue durante ese tiempo que ella descubrió su lado artístico y fue el inicio de una gran trayectoria que la daría a conocer a nivel internacional y la convertiría en uno de los iconos de la cultura mexicana.
El elefante y la paloma
Frida Kahlo conoció a Diego Rivera a través de Tina Modotti, una fotógrafa italiana radicada en México y amiga de Frida. Diego era 20 años mayor que Frida, pero eso no fue un impedimento para el amor. A la pareja le llegaron a llamar «la unión entre el elefante y la paloma», debido a lo grande y obeso que era Diego y a lo delgada y pequeña que era Frida, una pareja que definitivamente daba de qué hablar.
Se casaron el 21 de agosto de 1929 y vivieron en la casa azul, la casa de la infancia de Frida y que tanto significó para ella, también vivieron en el estudio de Diego, además de ciertas temporadas en otros lugares, como Cuernavaca, México y los Estados Unidos.
En el matrimonio no todo fue miel sobre hojuelas, las crisis matrimoniales empezaron debido a las infidelidades de Diego y a la presión del trabajo. Además, los problemas de salud de Frida y su incapacidad de tener hijos (sufrió tres abortos) la llevaron a pasar momentos muy difíciles y de mucho sufrimiento. Finalmente, la pareja se divorció en 1939, aunque tiempo después decidieron volver a casarse. El amor de Frida por Diego fue muy grande pero también muy doloroso. «Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida: uno es del tranvía, el otro es Diego. Diego fue el peor de todos» llegó a decir.
Nace un icono de la cultura mexicana
Su vestimenta con trajes típicos, su joyería, sus flores en la cabeza, además de las cejas pobladas y casi juntas, se convirtieron en su marca personal. Muchas de sus pinturas eran autorretratos en los que expresaba sus emociones, sentimientos y realidades. En sus obras transmitió las experiencias vividas, alegres, tristes, su soledad y el dolor. Asimismo, podemos apreciar ese nacionalismo revolucionario y la identidad mexicana que ella buscó rescatar. Llegó a decir “Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco”. También cuando André Bretón comentó que su obra era surrealista, ella dijo: “Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad”. La simbología y los colores verde, marrón, amarillo, azul, negro, rojo, se encuentran plasmados en su pintura, nos hablan de su historia, de sus alegrías y tormentos.
Frida expuso en diferentes lugares y el museo de Louvre adquirió uno de sus autorretratos. Entre sus obras más importantes destacan:
Autorretrato, 1929. Su primer cuadro.
Frida y Diego, 1931. Pintado en San Francisco California.
Frida y la cesárea, 1931. Después de sufrir el primer aborto.
Las dos Fridas, 1931. Dos herencias culturales, la europea y la mexicana.
Mi nacimiento, 1932. Representa su nacimiento.
Unos cuantos piqueticos, 1935. Representó la infidelidad y la violencia hacia la mujer.
Autorretrato con collar de espinas, 1940. El fracaso de su experiencia amorosa y divorcio de Diego.
La columna rota, 1944. Representa el sufrimiento derivado de su accidente.
Diego y yo, 1945. Inspirado en el amor a Diego Rivera.
Viva la vida, 1954. El último cuadro antes de morir.
Sin duda, toda la obra de Frida Kahlo merece ser destacada y estos diez son solo algunos ejemplos de la riqueza de su producción.
Frida Kahlo, política y enseñanza
Fue activista de izquierda y miembro del partido comunista de México. De hecho, tuvo una gran amistad con León Troski, a quien hospedó en su casa por más de dos años. Luchó contra la desigualdad, el machismo y la injusticia. Asimismo, defendió las costumbres e identidad de los pueblos indígenas mexicanos. Fue maestra de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda” hasta que su salud empeoró.
Sus últimos años
A partir de 1950 su salud empezó a decaer, pasó mucho tiempo hospitalizada. En 1953, A pesar de que sus médicos le recomendaron reposo, asistió a la inauguración de su única exposición en México, la llevaron en una ambulancia y la bajaron en su cama de hospital. También este mismo año se le amputó la pierna derecha a raíz de una amenaza de gangrena.
El final
Frida Kahlo murió la Casa Azul, el 13 de julio de 1954. Ese mismo año, el Instituto Nacional de Bellas Artes preparó una muestra retrospectiva de su obra. Frida fue un ejemplo de resistencia y supervivencia. Frida supo sobreponerse a sus tragedias, a las adversidades y sacar provecho de todo esto para plasmarlo en sus obras, por algo, hoy es icono de la cultura mexicana.
“Pies para que los quiero, si tengo alas para volar” Frida Kahlo.
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